La erosión del suelo amenaza tanto la productividad agrícola como la sostenibilidad medioambiental. Para los grandes terratenientes y las empresas agrícolas, controlar la erosión es crucial para mantener la salud del suelo y garantizar la rentabilidad a largo plazo. Este artículo explora las técnicas más prometedoras para combatir la erosión del suelo.
El laboreo de conservación minimiza la alteración del suelo manteniendo una capa protectora de residuos de cultivos en la superficie. Esta técnica reduce la erosión eólica e hídrica y favorece la absorción de agua [1].
Los cultivos de cobertura, como el trébol o el centeno, protegen y enriquecen el suelo entre temporadas. Reducen la erosión, mejoran la estructura del suelo y favorecen su microbiología[1].
La plantación de cultivos a lo largo de los contornos naturales del terreno ralentiza el flujo del agua, aumenta la infiltración y reduce la erosión en terrenos inclinados [7].
La creación de zonas planas en las laderas en forma de escalón combate eficazmente la erosión en las pendientes pronunciadas[3].
La agrosilvicultura dinámica integra diversos cultivos, árboles frutales y plantas autóctonas para crear un sistema autosostenible que imita los bosques naturales [4].
La agrosilvicultura dinámica mejora los parámetros del suelo, la biodiversidad, la productividad general de las explotaciones y la resiliencia económica. Para los grandes terratenientes y las empresas agrícolas, la DAF ofrece una oportunidad única de abordar múltiples retos simultáneamente. Al crear un sistema agrícola diverso y multicapa, la DAF puede mejorar la calidad del agua, reducir la pérdida de nutrientes y mejorar diversas propiedades del suelo[9].
Gracias a la combinación de diversos cultivos, los sistemas DAF han demostrado una mayor productividad total del sistema. El resultado es una rentabilidad similar a la de los monocultivos, pero una mayor resistencia económica gracias a la diversificación de los productos [10].
Los beneficios a largo plazo de la DAF van más allá de la fertilidad y la economía del suelo. . Su potencial de secuestro de carbono está en consonancia con los objetivos de sostenibilidad de las empresas. Los resultados muestran la capacidad de los sistemas DAF para acumular reservas de carbono de 143,7 toneladas métricas por hectárea mientras producen diversos cultivos comerciales. Para los gestores de proyectos que buscan implantar prácticas agrícolas sostenibles, el DAF ofrece una solución escalable que puede adaptarse a diversos climas y tipos de cultivos.
En conclusión, aunque todas las técnicas mencionadas ofrecen valiosos beneficios para el control de la erosión, la Agroforestería Dinámica emerge como el enfoque más completo y sostenible. No sólo previene eficazmente la erosión del suelo, sino que también mejora la productividad global de las explotaciones, la biodiversidad y la resistencia a las fluctuaciones del rendimiento y del mercado. Para los grandes terratenientes y las empresas agrícolas comprometidas con la sostenibilidad y la rentabilidad a largo plazo, la Agroforestería Dinámica representa el futuro del control de la erosión y de la agricultura sostenible.