Bolivia tiene una de las tasas de deforestación más altas del mundo y alberga algunos de los ecosistemas terrestres más ricos en biodiversidad. Desde los Andes hasta la Amazonia, un reto importante es evitar la extensión de la frontera agrícola y preservar los bosques mediante el uso integrador de los safs, manteniendo así sus servicios ecosistémicos.
En las estribaciones de los Andes bolivianos vemos dos visiones distintas del uso de los recursos:
Los primeros han entrado en una "crisis del barbecho" en la que los suelos se agotan, la producción es baja, aumentan constantemente los ataques de plagas y enfermedades y el uso de productos agroquímicos. Los retos se ven agravados por el cambio climático, que se manifiesta en fenómenos climáticos extremos, sequías prolongadas y el aumento brusco del calor que afecta a las condiciones de trabajo.
En la fase actual del proyecto se realiza un seguimiento de las familias de agricultores con Agroforestería Dinámica (DAF), sobre la gestión de los árboles leñosos (poda en altura y gestión de los sistemas DAF de 10 a 20 años). En colaboración con el Ayuntamiento de Palos Blancos, se organizan campañas para la producción de arroz de altura sin quemar y la promoción de la agroforestería dinámica. En cooperación con el proyecto de investigación SysCom Sara Ana-FIBL, se llevan a cabo investigaciones en las explotaciones para cuantificar el efecto de la poda de acompañamiento de las especies arbóreas en la producción de cacao.