La agrosilvicultura dinámica (DAF) ofrece una alternativa sostenible y rentable a la agricultura convencional de cultivos básicos. Al imitar los ecosistemas forestales naturales e integrar una amplia gama de especies vegetales, fomenta sistemas agrícolas resistentes y productivos.
La agricultura convencional de cultivos básicos provoca la erosión del suelo, la pérdida de biodiversidad y la vulnerabilidad al cambio climático En cambio, la agrosilvicultura dinámica combate activamente estos problemas al tiempo que aumenta la productividad y la rentabilidad a largo plazo de las tierras agrícolas.
Los cultivos básicos como el trigo, el maíz, la soja y el arroz constituyen la columna vertebral del comercio agrícola mundial. Además de alimentar al mundo, estos cultivos son esenciales para diversas industrias como la farmacéutica, la de envases, la de biocombustibles y la de fabricación de automóviles.
"El tamaño del mercado mundial de productos básicos agrícolas se valoró en $1,6 billones en 2022, y se prevé que alcance $2,2 billones en 2032, creciendo a una TCAC de 3,2% de 2023 a 2032."[3] Sin embargo, los cultivos de productos básicos se enfrentan a desafíos sin precedentes en sostenibilidad e impacto ambiental, ya que las sequías, las inundaciones y la pérdida de biodiversidad conducen a la disminución de los rendimientos y las malas cosechas.
Los métodos agrícolas convencionales han provocado numerosos problemas medioambientales y sociales:
La agricultura tradicional suele provocar una grave erosión del suelo, que se lleva la capa superficial hasta 100 veces más rápido de lo que puede formarse. Esto provoca el agotamiento de los nutrientes y la reducción de la fertilidad, amenazando la productividad alimentaria mundial.
Los sistemas agrícolas convencionales son muy susceptibles a los efectos del cambio climático, como olas de calor, sequías y regímenes de precipitaciones impredecibles. Estos fenómenos causan pérdidas de cosechas, provocan una gran volatilidad de la producción y ponen en peligro la seguridad alimentaria.
El riego de cultivos básicos agota los recursos hídricos, lo que pone de relieve la urgencia de una gestión sostenible del agua. La agricultura tradicional tiene dificultades para gestionar el agua, lo que provoca un aumento de la escorrentía durante las lluvias torrenciales y escasez de agua durante las sequías. Esta ineficacia contribuye a que la agricultura sea responsable del 70% de las extracciones mundiales de agua dulce.
Los monocultivos han reducido drásticamente la biodiversidad, creando ecosistemas agrícolas frágiles. Esta pérdida de biodiversidad mina la resiliencia de los ecosistemas y los mecanismos naturales de control de plagas.
La Agroforestería Dinámica (DAF) ofrece soluciones innovadoras a estos acuciantes problemas [5] [6]:
Los sistemas DAF fomentan la biodiversidad al proporcionar hábitats para una amplia gama de especies vegetales y animales. Esta mayor biodiversidad contribuye a la resiliencia de los ecosistemas, apoyando procesos cruciales como la polinización y el control natural de plagas.
La diversidad de especies vegetales de los sistemas DAF mejora la fertilidad y la estructura del suelo, evitando la erosión y mejorando el ciclo de los nutrientes. Esto reduce la necesidad de insumos químicos y favorece la salud del suelo a largo plazo. La cubierta vegetal continua y la hojarasca de los sistemas DAF protegen el suelo de la erosión y generan materia orgánica.
Los sistemas DAF tienen un gran potencial para el secuestro de carbono, almacenándolo tanto en el suelo como en la biomasa. Además, estos sistemas diversos son más resistentes a los efectos del cambio climático, ya que crean microclimas que protegen los cultivos de fenómenos meteorológicos extremos.
El DAF mejora la infiltración de agua en los suelos, la capacidad de retención de agua y, por tanto, los niveles de humedad del suelo. Las plantas de raíces profundas en sistemas DAF pueden alcanzar el agua desde las capas inferiores del suelo, manteniendo el acceso a la humedad incluso durante los periodos secos.
El DAF permite a los agricultores diversificar su producción de cultivos básicos mediante la integración de múltiples especies de cultivos, lo que reduce el riesgo y aumenta la resiliencia general de las explotaciones. Esta diversificación mejora la seguridad alimentaria y proporciona fuentes de ingresos adicionales, reduciendo la dependencia de un único producto básico.
En colaboración con la Instituto de Investigación del Cacao de Ghana (CRIG)Las parcelas experimentales DAF se plantaron en suelos poco fértiles, demostrando que el cacao puede prosperar sin contribuir a la deforestación. Con la investigación en curso y la formación de los agricultores, esta iniciativa sitúa a Ghana a la cabeza de la producción de cacao climáticamente inteligente [1].
Desde 2016, Serendipalm ha adoptado la Agroforestería Dinámica para mejorar la producción de cacao y palma aceitera. Mediante cultivos intercalados con árboles madereros y frutales de alta densidad, los agricultores consiguen rendimientos entre 2 y 3 veces superiores a los de los monocultivos convencionales. Este sistema reduce la presión de las plagas, mejora la seguridad alimentaria y captura carbono atmosférico, convirtiendo la producción de palma aceitera, generalmente problemática, en una solución regenerativa [4].
Este fabricante suizo de chocolate ha implantado el DAF en su cadena de suministro de cacao y ha registrado un aumento de los ingresos de los agricultores y una mejora de la biodiversidad en las plantaciones [2].
La agrosilvicultura dinámica ofrece soluciones a muchos de los retos a los que se enfrenta la agricultura convencional. Al adoptar este enfoque innovador, las empresas agrícolas y las marcas de alimentos pueden contribuir a sistemas alimentarios más sostenibles y resistentes, al tiempo que mejoran los medios de subsistencia de los agricultores y protegen la biodiversidad. La DAF aborda los retos medioambientales y ofrece una vía para mejorar la seguridad alimentaria, la salud del suelo y la resistencia al cambio climático.